PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO DURANTE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA
El fallecimiento de una persona cercana es un acontecimiento triste y doloroso. Explicarles a los más pequeños qué es lo que ha ocurrido y por qué, es algo que resulta difícil y produce mucha angustia a los adultos que en ocasiones no saben qué decirles. Frases como “se ha dormido”, “se ha ido al cielo”, “se ha convertido en un ángel”, “ahora es una estrella”, etc., pueden generar una gran confusión en los niños que, al no entenderlo correctamente, pueden llegar a experimentar un miedo intenso a la hora de irse a dormir, o ante la posibilidad de que otras personas de su entorno también vayan a irse de la misma manera.
En el caso de los adolescentes, pueden encontrarse en distintos momentos de su proceso de maduración emocional por lo que el conjunto de emociones derivadas de la pérdida de un ser querido puede afectarles negativamente de diversas maneras.
SUPERACIÓN DEL DUELO
Nuestro trabajo se centra en orientar a los familiares ante estas situaciones y en ofrecerles pautas de actuación ante los más pequeños. Se trata de facilitar un proceso normal de duelo que no dé lugar a otras secuelas o a la aparición de trastornos psicológicos que puedan mantenerse en el tiempo interfiriendo aún más en el desarrollo normal del niño o del adolescente.

