BAJA AUTOESTIMA DURANTE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA
La detección de la baja autoestima en niños y adolescentes no suele ser tan fácil como podría imaginarse. En muchas ocasiones los comportamientos del menor resultan paradójicos puesto que de alguna forma “disfrazan” este problema adoptando actitudes contrarias y en ocasiones extremas, que parecen señalar justo en la dirección opuesta.
En ocasiones las muestras de baja autoestima pueden ir asociadas a demandas de atención constantes ya que necesitan y buscan la aprobación continua por parte de los adultos. Esto también puede llevarles a elevar sus niveles de autoexigencia convirtiéndose en extremadamente perfeccionistas a fin de demostrar su valía, lo que en muchas ocasiones les hace plantearse metas inalcanzables asegurándose un sufrimiento y frustración constantes.
CONDUCTAS
En otras ocasiones, esta necesidad de aprobación se busca a través de conductas dirigidas a complacer a los demás evitando sentirse rechazados y dejándose llevar por lo que otras personas deciden. Esto es especialmente peligroso ante determinadas situaciones de riesgo en las que por “no ser menos” que sus compañeros: consumen alcohol u otras drogas, consienten relaciones sexuales que no desean, ponen en marcha conductas temerarias, etc.
En determinados casos, la baja valoración que hacen de ellos mismos en comparación con los demás hade que reaccionen a la defensiva adoptando una actitud desafiante, llevando a cabo conductas agresivas de diversos tipos.
TRATAMIENTO
Una buena evaluación del menor permite detectar la raíz del problema y, en su caso, abordar el refuerzo de su autoestima ajustando de forma realista sus valoraciones acerca de su propia valía física, social, afectiva, académica, etc.
Enseñarles a tomar sus propias decisiones, asumir responsabilidades adaptadas a su edad, afrontar las consecuencias de sus comportamientos, etc., es parte del trabajo a realizar en estos casos.